De amor y despedidas

Como ya sabéis, todos los años el Departamento de Lengua Castellana y Literatura organiza una edición del “Buzón del Amor” o también conocido como “Buzón de cartas de amor y de amistad”. Cada año la participación aumenta considerablemente y podemos afirmar que la edición de este curso ha tenido un éxito rotundo.

Photo by Andrew Seaman on Unsplash


A principios de febrero llegó a nuestro buzón una carta distinta a las demás. La carta que podéis leer a continuación es muy especial porque habla de otro amor: pérdida, ausencia del ser querido…, pero también AMOR a los demás, entrega y actitud . Sin duda alguna entenderéis por qué…

¡Esperamos que os guste!


Te fuiste sin avisar. Podría decirte que no te perdono por ello, pero comprendo perfectamente que no hubo tiempo de decir adiós, o sí.


Tal vez la despedida ocurrió aquella tarde de octubre cuando hablé contigo por última vez. Cogí el teléfono temeroso, con miedos de esos que te queman por dentro, un pánico arcaico que te hace latir al corazón a ritmo de incertidumbre. Me llamabas desde el hospital y al ver tu número, por mi cabeza pasaron toda una serie de frases manidas para animarte por tus circunstancias y sinsabores. Me lo pusiste muy fácil, como siempre. Hablabas como una loca, frases coherentes y alegres, como el que está  dispuesto a comerse  el mundo sin dudarlo. Me lo dijiste incluso, y los cuarenta y cinco minutos que estuvimos hablando fueron una de las conversaciones más agradables que recupero ahora de mi memoria . Proyectos. Futuro. Ausencia de reproches a esa enfermedad que te tenía prisionera. Sonrisas. Playas. Sobrina. 


Supongo que habrá muchas clases de amores, muchos tipos y variantes de este noble hacer que es el quererse. En tu actitud y entrega yo vi uno de ellos. El amor al trabajo compartido, a los compañeros, al esfuerzo y las ganas de mejorar la vida de los demás con todas las pequeñas acciones que pudieras hacer desde tu gran dedicación. Diste a todos un gran ejemplo de amor en el tiempo que compartimos juntos. 


Te fuiste sin avisar, y te echo muchísimo de menos. Guardo tus llaves, tus consejos y tu fuerza. Las esencias se guardan en pequeños recipientes, fue un tiempo corto y no hubo ocasión de más, pero el que compartimos fue de un gran valor y me dio una de las lecciones más notables de mi vida.


Tal vez, no lo sé con certeza, si pudiera despedirme de ti, escribiría para no olvidar lo que tenía que decirte. Tal vez fuese una carta como esta. 



A nosotros solo nos resta decir: ¡GRACIAS!


Comentarios